jueves, 1 de octubre de 2009

una idea

La veo, casi la puedo tocar. Me enfrento a la fragilidad inimaginable, indescriptible, que implica saberme vulnerable, después de construir tantas cercas, tantos fuertes. Después de tanta dedicación, tanta apuesta a no volver a caer, a mí no me vuelve a pasar, después de un trabajo casi de artesano para desarmar estructuras, armar fuertes, soltar lazos, cortar cadenas, olvidar prejuicios, tomar decisiones, formar valores, replantear caminos, opiniones, volverme una unidad, empezar, girar, cambiar, volver a girar, volverme a dudar...Después de eso, una escultura poco animada, casi perfecta, muy equilibrada.
¿Qué será sino la magia lo que teje estas conexiones invisibles que hoy necesitamos nombrar, al menos, para entenderlas?
¿Qué será, sino la razón aprendida desde la cuna, lo que nos obliga a poner nombre a las cosas, para saber si nos maravillan o nos horrorizan?
¿Qué será sino el miedo lo que nos lleva a la contradicción de no poder ubicar lo nuevo en nuestros viejos parámetros?
¿Qué será sino la aparente seguridad comprada de liquidación la que nos lleva siempre a querer entender y renegar de aquello que, en nuestras concepciones habituales, no puede SER, no existe, no es? ¿Qué nos lleva a negar la realidad inevitable, tangible, materializada, que nos golpea suave, pero firme, prefiriendo unas construcciones mentales más aburridas pero también más cómodas? ¿Qué será sino el miedo, justamente, el miedo a lo ya conocido, a lo ya vivido, a lo ya pasado, a lo ya fracasado, lo que nos impide superarnos e intercambiar recuerdos?
¿Qué será lo que nos lleva a mirar una y otra vez lo ya mirado, lo ya analizado desde todos los ángulos posibles, para tratar de refutarlo? ¿Qué será, si sería más fácil aceptarlo? ¿Qué forma tendrá el velo que se niega a salir de los ojos que ven lo que no pueden creer, pero lo ven, no hay duda? ¿Qué extraño mecanismo niega las emociones que sienten el cuerpo y el alma cuando por fin viven lo que quieren? Será miedo? Será la ambición de saber que si eso realmente es posible, quieren buscar algo mejor? Será el eterno inconformismo, la duda como motor, como caballo blanco que tira del carro de unos sueños imposibles? O será, mejor, el terror de haber descubierto que lo imposible también es una idea?
Entonces, qué hemos de elegir...El peso, o la levedad?

1 comentario:

  1. Puede ser interesantemente confuso, o confusamente interesante. Está bueno!..
    Personalmente, elijo el peso, la levedad es para quienes no quieren desafíos, y sin desafíos sinceramente no podría vivir, me aburriría! :D

    ResponderEliminar

Sobre Casas vacías de Brenda Navarro

  Casas vacías  es la primera novela de Brenda Navarro (Ciudad de México, 1982). Está organizada en tres partes;   Primera, Segunda y Tercer...