viernes, 3 de julio de 2009

Mirando el crepúsculo..

Hoy le doy la razón a Kundera. Hoy lo siento con todo mi cuerpo, mi memoria y mi vida entera. Hoy estoy bañada en la mágica nostalgia que cubre el crepúsculo de la desaparición. Hoy te extraño tanto, pa, que "mágico" es el mejor adjetivo que le puedo poner a este sentimiento. Si hace un año me hubieran dicho que iba a sentirme así, no lo hubiera creido. Le hubiera restado importancia, hubiera usado alguna de tus frases para reirme de lo que no puedo explicar, hubiera hecho algún comentario indignante para quien lo escuchase, que me etiquetaría de insensible en ese mismo instante.
Pero no. Lógica paradójica y acá estoy, recordándo como hace 4 meses hablábamos de tu 43er aniversario con mamá y lo jugábamos a la quiniela, como me enseñabas; sin querer, que es mejor morir viviendo como se quiere, que vivir aparentando, como se puede tratar de conservar la dignidad aunque todo nos juegue en contra, como verte así me ayudaba a cerrar otros capítulos inconclusos de mi vida. Hoy veo cuánto tengo de vos, y cuánto aprendí, de lo bueno y de lo no tan bueno. Hoy lloro porque no quiero guardarte lágrimas. Lloro sin tristeza y con nostalgia. Lloro con cariño, si es eso posible. Lloro recordándo sabores y olores. Recordándo salsas y paellas. Recordándo al hombre vestido de blanco que me hacía cortes de pelo horribles! Recordándo cómo me sacaste el miedo a la línea A del Subte, como dejé de asustarme de que las luces se apagaran...sabía que después de eso venían paseos largos y muchas palomas en Plaza de Mayo. Recordándo tardes de mesa, cartas y porotos. Recordándo películas. Recordándo a Caloi en su Tinta. Recordándo cómo se cocina un pulpo. Recordándo el millón de veces que me enojé con vos, con tu vida y tus elecciones. Recordándo el café de los Beatles, nuestra discusión, tu forma tan particular de pedir disculpas. Tu forma limitada de demostrar afecto, tu ilimitada capacidad de adaptarte a todo, mi eterna búsqueda para descubrirte más. Sola, como siempre, sigo tratando de descubrirte. Hoy lloro para recordar, lloro porque no quiero olvidar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sobre Casas vacías de Brenda Navarro

  Casas vacías  es la primera novela de Brenda Navarro (Ciudad de México, 1982). Está organizada en tres partes;   Primera, Segunda y Tercer...